Se acercan cada vez más las elecciones, y a la par de que cada pre
candidato y partido hablan de “unidad”, se incrementan las confrontaciones y
los desacuerdos. Ecuador vive una crisis sin precedentes: económica, sanitaria,
de institucionalidad, democrática, y pese a que todo ello es grave, la que nos
tiene hastiados hasta las arcadas, es la crisis de decencia. Donde se pone el
dedo, sale pus; este gobierno no ha dejado espacio para preocuparnos por bienestar,
pues en estos momentos con sobrevivir tenemos bastante. Y no sé si para bien o
para mal, pronto serán las elecciones. Para bien porque nos brinda una
esperanza de tener un giro con un nuevo gobierno que decline las políticas
neoliberales y de abandono agudizadas en este último periodo; para mal porque
pululan los mesías, los chimbadores, los populistas; para mal porque los
desterrados políticos de los años noventa revivieron y fungen ahora como
opcionados electoralmente. ¿Opcionados por idóneos? No. En gran parte porque algunos
son millonarios aburridos que tienen todos los recursos para auto promocionarse
permanentemente, o porque tuvieron algún juicio polémico que los puso en
palestra, por cucos viejos, por ser candidato de las élites, el que se promocionó
por todo el Ecuador de foto en foto con recursos públicos.
Ante este escenario, muchas fuerzas y actores políticos han elevado su
crítica, que vuelve “la vieja partidocracia”, dicen algunos. Pues, bien ¿cómo
se cambia entonces esta manera de hacer política? No tengo todas las
respuestas, pero lo más obvio, lo que cae por su propio peso, es la permanente
renovación y los procesos de formación política. Y aquí tienen un papel
determinante los jóvenes, las ideas frescas, la crítica constructiva. Y creo
necesario hablar más de esto porque he leído mucho en redes y lo he escuchado
en varias discusiones: “es que los jóvenes no se interesan en la política”.
Nada menos cierto que eso. Cada vez más los jóvenes nos involucramos (me
incluyo, porque joven aun) en los debates de coyuntura, estamos cada vez más
ligados y movilizados por diversas causas, por el activismo en diferentes áreas.
Eso también es hacer política, y esta no siempre y no solo es de tipo
clientelar.
Sin embargo, pese a estar movilizados, pese a poner cara y cuerpo, pese a
que muchos caciques suelen recurrir retóricamente a los “jóvenes”, la realidad
es que a ciertos jerarcas su presencia y protagonismo les incomoda. Muchos
bloques votaron por reformas legislativas para mejorar la participación de
jóvenes en las candidaturas, tal vez porque era lo “políticamente correcto”,
pero el momento de la verdad, de saber si sus discursos y sus actos tienen
convicción, se acerca. Es tiempo de dar la oportunidad a nuevas caras (nuevas
en las listas, porque en el quehacer del activismo o de las bases de la militancia, trayectoria
les sobra).
El país ya no aguanta más, necesitamos debate de calidad, decencia,
propuestas claras y también necesitamos verdadera representación, somos más del
50% del padrón electoral. Ni jóvenes ni mujeres somos meras cuotas o elementos
decorativos en los partidos. Basta ya de que especialmente los jóvenes (y sobre
todo las mujeres jóvenes) seamos considerados aptos como candidatos solo si
salimos de la televisión, un reality show o un concurso de belleza.
El primer medidor de honestidad de todos los partidos en las próximas
elecciones, será la calidad de sus candidatos; Ecuador no soporta más
corrupción e indecencia, no subestimen nuestro hartazgo. Yo particularmente,
espero ver y escuchar más a esos y esas que generan opinión y debate y lo diré con nombres
y apellidos, yo quiero saber de Grace Jiménez, Amanda Hidalgo, María Cecilia
Herrera, Jahiren Noriega, Justine Pincay, Liz Zhringri, Tania Silva, Abraham Verduga,
Juana Francis Bone y muchos y muchas otras para quienes me faltarían líneas. Si
es que hay una mejor forma de hacer política partidista, en las próximas
elecciones lo constataremos.
"Q los jóvenes no se interesan en la política" es un comentario real y que ronda el colectivo social. Pero es cierto y mentira al mismo tiempo. Coincido contigo q los jóvenes tenemos nuestro propio pensamiento crítico, político y social, pero al mismo tiempo no nos interesa la política, o en otras palabras: no nos representa el actual sistema de políticos y eso es un problema. Xq nuestro pensamiento político jamás se va a lograr si no buscamos realizarlo desde el sistema politico, El cual estamos alejándonos y abandonando para que los malos políticos lo perennizen como está hoy, nuestros padres cometieron ese error hoy vemos que nada cambio, los jóvenes de hoy debemos hacer algo distinto para que nuestras descendencias no se quejen de lo mismo que nosotros hoy. Involucrarnos, actuar, prepararnos, introducirnos en el sistema que no nos gusta, para cambiarlo. Ese es el discurso que necesitamos los jóvenes y los que lo vemos, empecemos a promoverlo.
ResponderBorrarSaludos
Excelente apreciación. Aunque insisto, que incursionar en el sistema tradicional de partidos no es la única de hacer política, pero si queremos que esta se dignifique, se vuelve necesario.
BorrarSuscribo cada palabra. No te refuto la política paralela que militamos, pero nos estamos olvidando de dignificar el sistema
ResponderBorrarMuy de acuerdo.
BorrarCómo t puedo contactar? Mi número es 0995184895, tengo algunas ideas para difinifcar la politica
BorrarÚltimamente se ve a la Juventud realizando debates de intereses social y político, pienso yo que los jóvenes ya están despertando antes no se veía eso, que bueno que estén las redes sociales porque tal parece que sólo por ese medio los podemos ver y analizar sus participaciones ya que en ls medios de comunicación sólo tenemos a los políticos de los noventa diciendo más mentiras queriendo insultar nuestra inteligencia, creo en la juventud en las mentes frescas, debemos apoyar esta nueva forma de hacer política.
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